martes, 23 de febrero de 2010

China: Un Gigante de Oportunidades

Con el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y China en 2007, ambos países han venido trabajando en la construcción de mecanismos para fortalecer las relaciones comerciales entre ambos países. Desde entonces, en el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) en conjunto con diversas instituciones públicas, nos dimos a la tarea de negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica y China que promoviera las oportunidades de negocios con ese país asiático.
A pocos días de celebrar en Costa Rica la próxima ronda de negociaciones, es importante volver a referirse a algunas de las preocupaciones que sectores específicos han venido manifestando en relación con esta negociación y despejar aquellas dudas que todavía se encuentren en el ambiente.
El proceso de fortalecimiento comercial con China se ha llevado a cabo de manera ordenada y transparente. Hace dos años se elaboró un estudio conjunto de factibilidad que determinó la complementariedad económica entre nuestros países y reflejó los retos que una negociación de esta naturaleza, traería al país. Posterior a eso, y después de una profunda evaluación sobre las oportunidades y desafíos, en enero de 2009 se inició formalmente el proceso de negociación, que se ha hecho acompañar por un intenso trabajo de consulta con la sociedad civil y los sectores productivos —más de 150 reuniones debidamente documentadas— además de eventos de difusión pública que han llegado hasta las cabeceras de provincia.
Estos mecanismos de información han sido una herramienta sumamente importante a la hora de aclarar dudas o mitos, como la invasión de productos de mala calidad, propiciada por un eventual TLC. Al respecto, es importante que el consumidor costarricense comprenda que China produce mercancías de alta y baja calidad, con lo cual puede cumplir con toda la demanda. Esto nos obliga a mejorar los mecanismos de verificación y control, así como los procesos productivos, con el objetivo de ser más competitivos en el mercado internacional; pero también permite que personas con menores recursos tengan acceso a muchos bienes a los que no tendrían opción de otra manera. Además, un TLC con China no puede ser un argumento para denunciar lo que ya existe, pues basta con identificar la cantidad de mercancías fabricadas en ese país que se venden ya en nuestras tiendas.
En términos productivos, este acuerdo ofrece muchas oportunidades a los diversos sectores. Además de abrir mercado, es un marco normativo que protege y brinda garantías ante eventuales faltas en materia comercial. Provee mecanismos para solución de controversias, aplicación de salvaguardias, medidas compensatoria y procedimientos de verificación y control. Es un instrumento muy completo que va más allá de simplemente la negociación de aranceles.
En este sentido, cabe destacar que Costa Rica no ha renunciado a utilizar medidas de protección comercial en contra de China, tal y como erróneamente se ha insinuado. Lo que se acordó en el Memorando de Entendimiento sobre el lanzamiento de las negociaciones del TLC con China fue no aplicar ciertas medidas de procedimiento —especiales y transitorias— impuestas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) a China, por un plazo de 15 años (2001-2015), en caso de investigación por comercio desleal. Esto significa que de necesitarse una investigación de ese tipo, se realizaría mediante los procedimientos regulares que la OMC aplica a todos los demás países. Adicionalmente, es interesante subrayar que según registros del MEIC, a la fecha en Costa Rica no se tiene ninguna solicitud de investigación por parte de los sectores productivos nacionales, relacionados con malas prácticas comerciales en contra de importaciones de productos chinos a nuestro país.
Finalmente, que China produzca casi de todo, no significa que Costa Rica no tenga posibilidades de colocar sus productos allá. Ese país se ha concentrado en producir para la exportación y no tanto para el consumo local. Por ello, nuestros sectores productivos deben pensar en grande y trascender la mentalidad de los bienes intermedios. Además, nuestros altos estándares de calidad, una fuerza laboral especializada y la capacidad de innovación, nos permitirían suplir importantes nichos de mercado. Con una población de más de 1.300 millones de habitantes, cada vez más interesada en occidente y sus productos, suplir un pequeño barrio en Beijing por ejemplo, significaría grandes ingresos para nuestra economía.
De tal forma, a pesar de algunos argumentos pesimistas, China es una de las economías más prósperas del mundo y con la que todos queremos comerciar. Debemos aprovechar el aumento en el comercio de América Latina con ese país y que la inversión que recibimos en la región está creciendo. Pero para eso es necesario superar los paradigmas ya en desuso y entender que el gigante asiático represente oportunidades reales en un mundo globalizado. Por eso, urge la ruta hacia adelante, ya sin anacronismos y sobre todo, con la consigna de que tenemos la capacidad de competir e innovar.

* Ministro de Comercio Exterior

1 comentario:

  1. Ante una oportunidad tan grande de ser socio comercial de una potencia mundial como lo es China, Costa Rica no debe ser tan conservadora en cuanto a lo que puede o no exportarle a este país ya que es un mercado ilimitado, claro está que no se puede abarcar a cabalidad pero no debemos hacer de esto un obstáculo sino una oportunidad de concentrarnos en alguna región y lograr crear una necesidad de nuestros productos.
    Si bien es cierto, la producción de China es casi completa en cuanto a toda clase de productos y servicios, pero su visión hacia lo externo y no tanto a lo interno nos da una ventaja de lograr posicionarnos en su mercado y poder ser exitosos si buscamos la forma de ser competitivos, pues muchos otros países intentarán buscar la forma de abrirse espacio y aventajarse.

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